El modelo de negocios basado en la explotación de los datos de las personas (inherente al capitalismo y su naturaleza mercantilista) ¿en que nos convierte a las personas usuarias?
Si trabajamos gratuitamente produciendo datos que luego son utilizados para generar ganancias para ellas, si no tenemos casi control sobre cómo se usan esos datos que producimos y si dependemos de los productos de estas compañías para acceder a servicios, trabajar y participar socialmente, entonces estamos hablando de explotación, falta de control sobre los medios de producción y dependencia. En resumen, de proletariado digital.
En lugar de realizar trabajo físico en la producción de bienes como en la manera tradicional, nuestro trabajo es más abstracto, producimos datos, no percibimos físicamente que nos estén sacando algo, pero es lo que hacen.
No son los capitalistas industriales del siglo 19, pero son los dueños de los medios de producción que son las plataformas, las estructuras tecnológicas y los algoritmos. Y como aquellos, estos también quieren que pasemos más tiempo produciendo. Pero a diferencia del proletariado de aquellos tiempos, el proletariado digital no tiene mucha idea de lo que está sucediendo, mucho menos algo parecido a una «conciencia de clase» que les permita organizarse para producir cambios en el sistema.
Violan nuestra privacidad, nos manipulan, desinforman, dañan nuestra salud mental y encima tienen el andamiaje jurídico y político que se los permite. Porque (y esto es lo peor) no ocultan que recopilan nuestros datos ni qué hacen con ellos. Todo está en sus condiciones de uso, extensas, complejas de entender para la mayoría y cambiantes. Nos ponen en una relación asimétrica de poder. Pero está todo ahí, escrito. Y no las leemos.
La pregunta es entonces ¿qué nos lleva a este nivel de inacción colectiva?